12
¡Y cuánto más valiosa es una persona que una oveja! Así es, la ley permite que una persona haga el bien en el día de descanso.
13
Después le dijo al hombre:
Entonces el hombre la extendió, y la mano quedó restaurada, ¡igual que la otra!
14
Entonces los fariseos convocaron a una reunión para tramar cómo matar a Jesús.
15
Jesús, el Siervo elegido de Dios
Pero Jesús sabía lo que ellos tenían en mente. Entonces salió de esa región, y mucha gente lo siguió. Sanó a todos los enfermos de esa multitud,
16
pero les advirtió que no revelaran quién era él.
17
Con eso se cumplió la profecía de Isaías acerca de él:
18
«Miren a mi Siervo, al que he elegido.
Él es mi Amado, quien me complace.
Pondré mi Espíritu sobre él,
y proclamará justicia a las naciones.
19
No peleará ni gritará,
ni levantará su voz en público.
20
No aplastará la caña más débil
ni apagará una vela que titila.
Al final, hará que la justicia salga victoriosa.
21
Y su nombre será la esperanza
de todo el mundo»
.
22
Jesús y el príncipe de los demonios
Luego le llevaron a Jesús a un hombre ciego y mudo que estaba poseído por un demonio. Jesús sanó al hombre para que pudiera hablar y ver.
23
La multitud quedó llena de asombro, y preguntaba: «¿Será posible que Jesús sea el Hijo de David, el Mesías?».
24
Pero cuando los fariseos oyeron del milagro, dijeron: «Con razón puede expulsar demonios. Él recibe su poder de Satanás,
el príncipe de los demonios».
25
Jesús conocía sus pensamientos y les contestó:
26
Si Satanás expulsa a Satanás, está dividido y pelea contra sí mismo; su propio reino no sobrevivirá.
27
Entonces, si mi poder proviene de Satanás, ¿qué me dicen de sus propios exorcistas, quienes también expulsan demonios? Así que ellos los condenarán a ustedes por lo que acaban de decir.
28
Sin embargo, si yo expulso a los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado y está entre ustedes.
29
Pues, ¿quién tiene suficiente poder para entrar en la casa de un hombre fuerte como Satanás y saquear sus bienes? Solo alguien aún más fuerte, alguien que pudiera atarlo y después saquear su casa.
30
»El que no está conmigo, a mí se opone, y el que no trabaja conmigo, en realidad, trabaja en mi contra.
31
»Por eso les digo, cualquier pecado y blasfemia pueden ser perdonados, excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo, que jamás será perdonada.
32
El que hable en contra del Hijo del Hombre puede ser perdonado, pero el que hable contra el Espíritu Santo jamás será perdonado, ya sea en este mundo o en el que vendrá.