37
El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me envió.
38
Juan le dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía.
39
Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí.
40
Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está.
41
Porque cualquiera que os dé de beber un vaso de agua, por razón de vuestro nombre, ya que sois seguidores de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa.
42
Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar.
43
Y si tu mano te es ocasión de pecar , córtala; te es mejor entrar en la vida manco, que teniendo las dos manos ir al infierno , al fuego inextinguible,
44
donde EL GUSANO DE ELLOS NO MUERE, Y EL FUEGO NO SE APAGA.
45
Y si tu pie te es ocasión de pecar, córtalo; te es mejor entrar cojo a la vida, que teniendo los dos pies ser echado al infierno,
46
donde EL GUSANO DE ELLOS NO MUERE, Y EL FUEGO NO SE APAGA.
47
Y si tu ojo te es ocasión de pecar, sácatelo; te es mejor entrar al reino de Dios con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,
48
donde EL GUSANO DE ELLOS NO MUERE, Y EL FUEGO NO SE APAGA.
49
Porque todos serán salados con fuego .
50
La sal es buena; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y estad en paz los unos con los otros.