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Enseguida una mujer que había oído de él se acercó y cayó a sus pies. Su hijita estaba poseída por un espíritu maligno,
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y ella le suplicó que expulsara al demonio de su hija.
Como la mujer era una gentil,
nacida en la región de Fenicia que está en Siria,
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Jesús le dijo:
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—Es verdad, Señor —respondió ella—, pero hasta a los perros que están debajo de la mesa se les permite comer las sobras del plato de los hijos.
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—le dijo Jesús—.
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Cuando ella llegó a su casa, encontró a su hijita tranquila recostada en la cama, y el demonio se había ido.
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Jesús sana a un sordo
Jesús salió de Tiro y subió hasta Sidón antes de regresar al mar de Galilea y a la región de las Diez Ciudades.
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Le trajeron a un hombre sordo con un defecto del habla, y la gente le suplicó a Jesús que pusiera sus manos sobre el hombre para sanarlo.
33
Jesús lo llevó aparte de la multitud para poder estar a solas con él. Metió sus dedos en los oídos del hombre. Después escupió sobre sus propios dedos y tocó la lengua del hombre.
34
Mirando al cielo, suspiró y dijo:
que significa
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Al instante el hombre pudo oír perfectamente bien y se le desató la lengua, de modo que hablaba con total claridad.