3
Y se burlaban: «Es un simple carpintero, hijo de María
y hermano de Santiago, José,
Judas y Simón. Y sus hermanas viven aquí mismo entre nosotros». Se sentían profundamente ofendidos y se negaron a creer en él.
4
Entonces Jesús les dijo:
5
Y, debido a la incredulidad de ellos, Jesús no pudo hacer ningún milagro allí, excepto poner sus manos sobre algunos enfermos y sanarlos.
6
Y estaba asombrado de su incredulidad.
Jesús envía a los doce discípulos
Después Jesús fue de aldea en aldea enseñando a la gente.
7
Reunió a sus doce discípulos, comenzó a enviarlos de dos en dos y les dio autoridad para expulsar espíritus malignos.
8
Les dijo que no llevaran nada para el viaje —ni comida, ni bolso de viaje, ni dinero
— sino solo un bastón.
9
Les permitió llevar sandalias pero no una muda de ropa.
10
Les dijo:
11
Pero si en algún lugar se niegan a recibirlos o a escucharlos, sacúdanse el polvo de los pies al salir para mostrar que abandonan a esas personas a su suerte».
12
Entonces los discípulos salieron y decían a todos que se arrepintieran de sus pecados y volvieran a Dios.
13
También expulsaban muchos demonios y sanaban a muchos enfermos ungiéndolos con aceite de oliva.