6
Algunos de los maestros de la ley religiosa que estaban allí sentados pensaron:
7
«¿Qué es lo que dice? ¡Es una blasfemia! ¡Solo Dios puede perdonar pecados!».
8
En ese mismo instante, Jesús supo lo que pensaban, así que les preguntó:
9
¿Qué es más fácil decirle al paralítico: “Tus pecados son perdonados” o “Ponte de pie, toma tu camilla y camina”?
10
Entonces Jesús miró al paralítico y dijo:
11
«¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa!».
12
Y el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y salió caminando entre los espectadores, que habían quedado atónitos. Todos estaban asombrados y alababan a Dios, exclamando: «¡Jamás hemos visto algo así!».
13
Jesús llama a Leví (Mateo)
Entonces Jesús salió de nuevo a la orilla del lago y enseñó a las multitudes que se acercaban a él.
14
Mientras caminaba, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en su cabina de cobrador de impuestos.
le dijo Jesús. Entonces Leví se levantó y lo siguió.
15
Más tarde, Leví invitó a Jesús y a sus discípulos a una cena en su casa, junto con muchos cobradores de impuestos y otros pecadores de mala fama. (Había mucha de esa clase de gente entre los seguidores de Jesús).
16
Cuando los maestros de la ley religiosa, que eran fariseos,
lo vieron comer con los cobradores de impuestos y otros pecadores, preguntaron a los discípulos: «¿Por qué come con semejante escoria?
».