5
Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico:
6
Algunos de los maestros de la ley religiosa que estaban allí sentados pensaron:
7
«¿Qué es lo que dice? ¡Es una blasfemia! ¡Solo Dios puede perdonar pecados!».
8
En ese mismo instante, Jesús supo lo que pensaban, así que les preguntó:
9
¿Qué es más fácil decirle al paralítico: “Tus pecados son perdonados” o “Ponte de pie, toma tu camilla y camina”?
10
Entonces Jesús miró al paralítico y dijo:
11
«¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa!».
12
Y el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y salió caminando entre los espectadores, que habían quedado atónitos. Todos estaban asombrados y alababan a Dios, exclamando: «¡Jamás hemos visto algo así!».
13
Jesús llama a Leví (Mateo)
Entonces Jesús salió de nuevo a la orilla del lago y enseñó a las multitudes que se acercaban a él.
14
Mientras caminaba, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en su cabina de cobrador de impuestos.
le dijo Jesús. Entonces Leví se levantó y lo siguió.
15
Más tarde, Leví invitó a Jesús y a sus discípulos a una cena en su casa, junto con muchos cobradores de impuestos y otros pecadores de mala fama. (Había mucha de esa clase de gente entre los seguidores de Jesús).