11
«¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa!».
12
Y el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y salió caminando entre los espectadores, que habían quedado atónitos. Todos estaban asombrados y alababan a Dios, exclamando: «¡Jamás hemos visto algo así!».
13
Jesús llama a Leví (Mateo)
Entonces Jesús salió de nuevo a la orilla del lago y enseñó a las multitudes que se acercaban a él.
14
Mientras caminaba, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en su cabina de cobrador de impuestos.
le dijo Jesús. Entonces Leví se levantó y lo siguió.
15
Más tarde, Leví invitó a Jesús y a sus discípulos a una cena en su casa, junto con muchos cobradores de impuestos y otros pecadores de mala fama. (Había mucha de esa clase de gente entre los seguidores de Jesús).
16
Cuando los maestros de la ley religiosa, que eran fariseos,
lo vieron comer con los cobradores de impuestos y otros pecadores, preguntaron a los discípulos: «¿Por qué come con semejante escoria?
».
17
Cuando Jesús los oyó, les dijo:
18
Discusión acerca del ayuno
Cierta vez que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, algunas personas se acercaron a Jesús y le preguntaron:
—¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los fariseos?
19
Jesús les contestó:
20
pero un día el novio será llevado, y entonces sí ayunarán.
21
»Además, ¿a quién se le ocurriría remendar una prenda vieja con tela nueva? Pues el remiendo nuevo encogería y se desprendería de la tela vieja, lo cual dejaría una rotura aún mayor que la anterior.