2
El domingo por la mañana
muy temprano, justo al amanecer, fueron a la tumba.
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En el camino, se preguntaban unas a otras: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada de la tumba?»;
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pero cuando llegaron, se fijaron y vieron que la piedra, que era muy grande, ya estaba corrida.
5
Cuando entraron en la tumba, vieron a un joven vestido con un manto blanco, sentado al lado derecho. Las mujeres estaban asustadas,
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pero el ángel les dijo: «No se alarmen. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret,
el que fue crucificado. ¡No está aquí! ¡Ha resucitado! Miren, aquí es donde pusieron su cuerpo.
7
Ahora vayan y cuéntenles a sus discípulos, incluido Pedro, que Jesús va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, tal como les dijo antes de morir».
8
Las mujeres, desconcertadas, huyeron temblando de la tumba y no dijeron nada a nadie porque estaban muy asustadas.
9
Después de que Jesús resucitó el domingo por la mañana temprano, la primera persona que lo vio fue María Magdalena, la mujer de quien él había expulsado siete demonios.
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Ella fue a ver a los discípulos, quienes estaban lamentándose y llorando, y les dijo lo que había sucedido.
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Sin embargo, cuando les dijo que Jesús estaba vivo y que lo había visto, ellos no le creyeron.
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Tiempo después, Jesús se apareció en otra forma a dos de sus seguidores que iban caminando desde Jerusalén hacia el campo.