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Entonces todos sus discípulos lo abandonaron y huyeron.
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Un joven que los seguía sólo llevaba puesta una camisa de noche de lino. Cuando la turba intentó agarrarlo,
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su camisa de noche se deslizó y huyó desnudo.
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Jesús ante el Concilio
Llevaron a Jesús a la casa del sumo sacerdote, donde se habían reunido los principales sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley religiosa.
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Mientras tanto, Pedro lo siguió de lejos y entró directamente al patio del sumo sacerdote. Allí se sentó con los guardias para calentarse junto a la fogata.
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Adentro, los principales sacerdotes y todo el Concilio Supremo
intentaban encontrar pruebas contra Jesús para poder ejecutarlo, pero no pudieron encontrar ninguna.
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Había muchos falsos testigos que hablaban en contra de él, pero todos se contradecían.
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Finalmente unos hombres se pusieron de pie y dieron el siguiente falso testimonio:
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«Nosotros lo oímos decir: “Yo destruiré este templo hecho con manos humanas y en tres días construiré otro, no hecho con manos humanas”».
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¡Pero aun así sus relatos no coincidían!
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Entonces el sumo sacerdote se puso de pie ante todos y le preguntó a Jesús: «Bien, ¿no vas a responder a estos cargos? ¿Qué tienes que decir a tu favor?».