26
»Entonces todos verán al Hijo del Hombre
venir en las nubes con gran poder y gloria.
27
Y él enviará a sus ángeles para que reúnan a los elegidos de todas partes del mundo,
desde los extremos más lejanos de la tierra y del cielo.
28
»Ahora, aprendan una lección de la higuera. Cuando las ramas echan brotes y comienzan a salir las hojas, ustedes saben que el verano se acerca.
29
De la misma manera, cuando vean que suceden todas estas cosas, sabrán que su regreso está muy cerca, a las puertas.
30
Les digo la verdad, no pasará esta generación
hasta que todas estas cosas sucedan.
31
El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás.
32
»Sin embargo, nadie sabe el día ni la hora en que sucederán esas cosas, ni siquiera los ángeles en el cielo ni el propio Hijo. Solo el Padre lo sabe.
33
Y, ya que ustedes tampoco saben cuándo llegará ese tiempo, ¡manténganse en guardia! ¡Estén alerta!
34
»La venida del Hijo del Hombre puede ilustrarse mediante la historia de un hombre que tenía que emprender un largo viaje. Cuando salió de casa, dio instrucciones a cada uno de sus esclavos sobre el trabajo que debían hacer y le dijo al portero que esperara su regreso.
35
¡Ustedes también deben estar alerta! Pues no saben cuándo regresará el amo de la casa: si en la tarde, a medianoche, durante la madrugada o al amanecer.
36
Que no los encuentre dormidos cuando llegue sin previo aviso.
37
Les digo a ustedes lo que digo a todos: ¡Manténganse despiertos esperándolo a él!