8
Muchos de la multitud tendían sus prendas sobre el camino delante de él y otros extendían ramas frondosas que habían cortado en los campos.
9
Jesús estaba en el centro de la procesión, y la gente que lo rodeaba gritaba:
«¡Alaben a Dios!
¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor
!
10
¡Bendiciones al reino que viene, el reino de nuestro antepasado David!
¡Alaben a Dios en el cielo más alto!»
.
11
Así Jesús llegó a Jerusalén y entró en el templo. Después de mirar todo detenidamente a su alrededor, salió porque ya era tarde. Después regresó a Betania con los doce discípulos.
12
Jesús maldice la higuera
A la mañana siguiente, cuando salían de Betania, Jesús tuvo hambre.
13
Vio que a cierta distancia había una higuera frondosa, así que se acercó para ver si encontraba higos; pero solo tenía hojas porque aún no había comenzado la temporada de los higos.
14
Entonces Jesús dijo al árbol:
Y los discípulos lo oyeron.
15
Jesús despeja el templo
Cuando llegaron de nuevo a Jerusalén, Jesús entró en el templo y comenzó a echar a los que compraban y vendían animales para los sacrificios. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas,
16
y les prohibió a todos que usaran el templo como un mercado.
17
Les dijo:
18
Cuando los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa oyeron lo que Jesús había hecho, comenzaron a planificar cómo matarlo; pero tenían miedo de Jesús, porque la gente estaba asombrada de su enseñanza.