16
y les prohibió a todos que usaran el templo como un mercado.
17
Les dijo:
18
Cuando los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa oyeron lo que Jesús había hecho, comenzaron a planificar cómo matarlo; pero tenían miedo de Jesús, porque la gente estaba asombrada de su enseñanza.
19
Esa tarde Jesús y los discípulos salieron
de la ciudad.
20
A la mañana siguiente, al pasar junto a la higuera que él había maldecido, los discípulos notaron que se había marchitado desde la raíz.
21
Pedro recordó lo que Jesús había dicho al árbol el día anterior y exclamó:
—¡Mira, Rabí!
¡La higuera que maldijiste se marchitó y murió!
22
Entonces Jesús dijo a los discípulos:
23
Les digo la verdad, ustedes pueden decir a esta montaña: “Levántate y échate al mar”, y sucederá; pero deben creer de verdad que ocurrirá y no tener ninguna duda en el corazón.
24
Les digo, ustedes pueden orar por cualquier cosa y si creen que la han recibido, será suya.
25
Cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que su Padre que está en el cielo también les perdone a ustedes sus pecados.
26