8
Cuando ofrecen animales ciegos como sacrificio, ¿acaso no está mal? ¿Y no está mal también ofrecer animales lisiados y enfermos? ¡Intenten dar este tipo de regalos al gobernador y vean qué contento se pone!, dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales.
9
»¡Adelante, supliquen a Dios que sea misericordioso con ustedes! Pero cuando llevan esa clase de ofrendas a él, ¿por qué debería tratarlos bien?, pregunta el Señor
de los Ejércitos Celestiales.
10
»¡Cómo quisiera que alguno de ustedes cerrara las puertas del templo para que esos sacrificios despreciables no fueran ofrecidos! No estoy nada contento con ustedes —dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales— y no aceptaré sus ofrendas.
11
Sin embargo, mi nombre es honrado
desde la mañana hasta la noche por gente de otras naciones. En todo el mundo ofrecen
incienso dulce y ofrendas puras en honor de mi nombre. Pues mi nombre es grande entre las naciones, dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales.
12
»Ustedes, en cambio, deshonran mi nombre con sus acciones. Al traer alimentos despreciables declaran que no está mal deshonrar la mesa del Señor.
13
Ustedes dicen: “Es demasiado difícil servir al Señor
” y consideran un fastidio mis mandamientos —dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales—. ¡Imagínense! ¡Están presentando animales robados, lisiados y enfermos como ofrendas! ¿Debo aceptar esa clase de ofrenda de ustedes?, pregunta el Señor
.
14
»Maldito sea el tramposo que promete dar un carnero selecto de su rebaño, pero después sacrifica uno defectuoso al Señor. ¡Pues yo soy un gran rey —dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales— y mi nombre es temido entre las naciones!