32 Se parecen a los niños que juegan en la plaza. Se quejan ante sus amigos:
“Tocamos canciones de bodas,
y no bailaron;
entonces tocamos cantos fúnebres,
y no lloraron”.
33 »Pues Juan el Bautista no pasaba el tiempo comiendo pan y bebiendo vino, y ustedes dicen: “Está poseído por un demonio”.
34 El Hijo del Hombre,
por su parte, festeja y bebe, y ustedes dicen: “Es un glotón y un borracho, ¡y es amigo de cobradores de impuestos y de otros pecadores!”.
35 Pero la sabiduría demuestra estar en lo cierto por la vida de quienes la siguen
».
36 Una mujer pecadora unge a Jesús
Uno de los fariseos invitó a Jesús a cenar, así que Jesús fue a su casa y se sentó a comer.
37 Cuando cierta mujer de mala vida que vivía en la ciudad se enteró de que Jesús estaba comiendo allí, llevó un hermoso frasco de alabastro lleno de un costoso perfume.
38 Llorando, se arrodilló detrás de él a sus pies. Sus lágrimas cayeron sobre los pies de Jesús, y ella los secó con sus cabellos. No cesaba de besarle los pies y les ponía perfume.
39 Cuando el fariseo que lo había invitado vio esto, dijo para sí: «Si este hombre fuera profeta, sabría qué tipo de mujer lo está tocando. ¡Es una pecadora!».
40 Entonces Jesús respondió a los pensamientos del fariseo:
—le dijo—,
—Adelante, Maestro —respondió Simón.
41 Entonces Jesús le contó la siguiente historia:
42 Sin embargo, ninguna de las dos pudo devolver el dinero, así que el hombre perdonó amablemente a ambas y les canceló la deuda. ¿Quién crees que lo amó más?
43 Simón contestó:
—Supongo que la persona a quien le perdonó la deuda más grande.
—dijo Jesús.
44 Luego se volvió a la mujer y le dijo a Simón:
45 Tú no me saludaste con un beso, pero ella, desde el momento en que entré, no ha dejado de besarme los pies.
46 Tú no tuviste la cortesía de ungir mi cabeza con aceite de oliva, pero ella ha ungido mis pies con un perfume exquisito.
47 »Te digo que sus pecados —que son muchos— han sido perdonados, por eso ella me demostró tanto amor; pero una persona a quien se le perdona poco demuestra poco amor.
48 Entonces Jesús le dijo a la mujer:
49 Los hombres que estaban sentados a la mesa se decían entre sí: «¿Quién es este hombre que anda perdonando pecados?».
50 Y Jesús le dijo a la mujer:

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Lucas 7:32 Son semejantes a los muchachos que se sientan en la plaza y se llaman unos a otros, y dicen: "Os tocamos la flauta, y no bailasteis; entonamos endechas, y no llorasteis."

English Standard Version ESV

Luke 7:32 They are like children sitting in the marketplace and calling to one another, "'We played the flute for you, and you did not dance; we sang a dirge, and you did not weep.'

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Lucas 7:32 Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, y que dan voces los unos a los otros, y dicen: Os tañimos con flautas, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis

King James Version KJV

New King James Version NKJV

Luke 7:32 They are like children sitting in the marketplace and calling to one another, saying: 'We played the flute for you, And you did not dance; We mourned to you, And you did not weep.'

Nueva Versión Internacional NVI

Lucas 7:32 Se parecen a niños sentados en la plaza que se gritan unos a otros:»“Tocamos la flauta,y ustedes no bailaron;entonamos un canto fúnebre,y ustedes no lloraron”.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Lucas 7:32 Semejantes son á los muchachos sentados en la plaza, y que dan voces los unos á los otros, y dicen: Os tañimos con flautas, y no bailasteis: os endechamos, y no llorasteis.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Lucas 7:32 Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, y que dan voces los unos a los otros, y dicen: Os tañimos con flautas, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis.

Herramientas de Estudio para Lucas 7:32-50