11
Juan contestó:
—Si tienes dos camisas, da una a los pobres. Si tienes comida, comparte con los que tienen hambre.
12
Hasta los corruptos recaudadores de impuestos vinieron a bautizarse y preguntaron:
—Maestro, ¿qué debemos hacer?
13
Él les contestó:
—No recauden más impuestos de lo que el gobierno requiere.
14
—¿Qué debemos hacer nosotros? —preguntaron algunos soldados.
Juan les contestó:
—No extorsionen ni hagan falsas acusaciones, y estén satisfechos con su salario.
15
Todos esperaban que el Mesías viniera pronto, y tenían muchas ganas de saber si Juan era el Mesías.
16
Juan contestó a sus preguntas diciendo: «Yo los bautizo con
agua, pero pronto viene alguien que es superior a mí, tan superior que ni siquiera soy digno de ser su esclavo y desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
17
Él está listo para separar el trigo de la paja con su rastrillo. Luego limpiará la zona donde se trilla y juntará el trigo en su granero, pero quemará la paja en un fuego interminable».
18
Juan usó muchas advertencias similares al anunciar la Buena Noticia al pueblo.
19
También Juan criticó públicamente a Herodes Antipas, el gobernador de Galilea,
por haberse casado con Herodías, la esposa de su hermano, y por muchas otras injusticias que había cometido.
20
Así que Herodes metió a Juan en la cárcel, agregando a sus muchos pecados uno más.
21
Bautismo de Jesús
Cierto día, en que las multitudes se bautizaban, Jesús mismo fue bautizado. Mientras él oraba, los cielos se abrieron,