3
Entonces Jesús les contó la siguiente historia:
4
«Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿qué hará? ¿No dejará las otras noventa y nueve en el desierto y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre?
5
Y, cuando la encuentre, la cargará con alegría en sus hombros y la llevará a su casa.
6
Cuando llegue, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “Alégrense conmigo porque encontré mi oveja perdida”.
7
De la misma manera, ¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y regresa a Dios que por noventa y nueve justos que no se extraviaron!
8
Parábola de la moneda perdida
9
Y, cuando la encuentre, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “¡Alégrense conmigo porque encontré mi moneda perdida!”.
10
De la misma manera, hay alegría en presencia de los ángeles de Dios cuando un solo pecador se arrepiente».
11
Parábola del hijo perdido
Para ilustrar mejor esa enseñanza, Jesús les contó la siguiente historia:
12
El hijo menor le dijo al padre: “Quiero la parte de mi herencia ahora, antes de que mueras”. Entonces el padre accedió a dividir sus bienes entre sus dos hijos.
13
»Pocos días después, el hijo menor empacó sus pertenencias y se mudó a una tierra distante, donde derrochó todo su dinero en una vida desenfrenada.