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Finalmente le dijo al jardinero: “Llevo tres años esperando, ¡y no ha producido ni un solo higo! Córtala, solo ocupa espacio en mi jardín”.
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»El jardinero respondió: “Señor, dale otra oportunidad. Déjala un año más, y le daré un cuidado especial y mucho fertilizante.
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Si el año próximo da higos, bien. Si no, entonces puedes cortarla».
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Jesús sana en el día de descanso
Cierto día de descanso, mientras Jesús enseñaba en la sinagoga,
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vio a una mujer que estaba lisiada a causa de un espíritu maligno. Había estado encorvada durante dieciocho años y no podía ponerse derecha.
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Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo:
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Luego la tocó y, al instante, ella pudo enderezarse. ¡Cómo alabó ella al Señor!
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En cambio, el líder a cargo de la sinagoga se indignó de que Jesús la sanara en un día de descanso. «Hay seis días en la semana para trabajar —dijo a la multitud—. Vengan esos días para ser sanados, no el día de descanso».
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Así que el Señor respondió:
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Esta apreciada mujer, una hija de Abraham, estuvo esclavizada por Satanás durante dieciocho años. ¿No es justo que sea liberada, aun en el día de descanso?».
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Esto avergonzó a sus enemigos, pero toda la gente se alegraba de las cosas maravillosas que él hacía.