3
¡De ninguna manera! Y ustedes también perecerán a menos que se arrepientan de sus pecados y vuelvan a Dios.
4
¿Y qué piensan de los dieciocho que murieron cuando la torre de Siloé les cayó encima? ¿Acaso eran los peores pecadores de Jerusalén?
5
No, y les digo de nuevo, a menos que se arrepientan, ustedes también perecerán».
6
Parábola de la higuera estéril
Luego Jesús les contó la siguiente historia:
7
Finalmente le dijo al jardinero: “Llevo tres años esperando, ¡y no ha producido ni un solo higo! Córtala, solo ocupa espacio en mi jardín”.
8
»El jardinero respondió: “Señor, dale otra oportunidad. Déjala un año más, y le daré un cuidado especial y mucho fertilizante.
9
Si el año próximo da higos, bien. Si no, entonces puedes cortarla».
10
Jesús sana en el día de descanso
Cierto día de descanso, mientras Jesús enseñaba en la sinagoga,
11
vio a una mujer que estaba lisiada a causa de un espíritu maligno. Había estado encorvada durante dieciocho años y no podía ponerse derecha.
12
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo:
13
Luego la tocó y, al instante, ella pudo enderezarse. ¡Cómo alabó ella al Señor!