39
Entonces el Señor le dijo:
40
¡Necios! ¿No hizo Dios tanto el interior como el exterior?
41
Por lo tanto, limpien el interior dando de sus bienes a los pobres, y quedarán completamente limpios.
42
»¡Qué aflicción les espera, fariseos! Pues se cuidan de dar el diezmo sobre el más mínimo ingreso de sus jardines de hierbas,
pero pasan por alto la justicia y el amor de Dios. Es cierto que deben diezmar, pero sin descuidar las cosas más importantes.
43
»¡Qué aflicción les espera, fariseos! Pues les encanta ocupar los asientos de honor en las sinagogas y recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas.
44
¡Sí, qué aflicción les espera! Pues son como tumbas escondidas en el campo. Las personas caminan sobre ellas sin saber de la corrupción que están pisando».
45
—Maestro —le dijo un experto en la ley religiosa—, nos has insultado a nosotros también con lo que has dicho.
46
—dijo Jesús—,
47
¡Qué aflicción les espera! Pues levantan monumentos a los profetas que sus propios antepasados mataron tiempo atrás.
48
Por lo cual, ustedes quedan como testigos que aprueban lo que hicieron sus antepasados. Ellos mataron a los profetas, ¡y ustedes se convierten en cómplices al edificar los monumentos!
49
Esto es lo que Dios en su sabiduría dijo acerca de ustedes:
“Les enviaré profetas y apóstoles, pero ellos matarán a unos y perseguirán a otros”.