8
Desde allí Gedeón subió a Peniel
y una vez más pidió alimentos, pero obtuvo la misma respuesta.
9
Así que le dijo a la gente de Peniel: «Cuando vuelva victorioso, derribaré esta torre».
10
Para entonces, Zeba y Zalmuna se encontraban en Carcor con quince mil guerreros, que era todo lo que quedaba de los ejércitos aliados del oriente, porque ya habían matado a ciento veinte mil.
11
Entonces Gedeón rodeó por la ruta de las caravanas que está al oriente de Noba y Jogbeha, y tomó al ejército madianita por sorpresa.
12
Así que Zeba y Zalmuna, los dos reyes madianitas, huyeron, pero Gedeón los persiguió y capturó a todos sus guerreros.
13
Después, Gedeón regresó de la batalla por el paso de Heres.
14
Allí capturó a un joven de Sucot y le exigió que pusiera por escrito los nombres de los setenta y siete líderes y ancianos de la ciudad.
15
Luego regresó a Sucot y les dijo a los líderes: «Aquí están Zeba y Zalmuna. Cuando pasamos por aquí antes, ustedes se burlaron de mí diciendo: “Primero captura a Zeba y a Zalmuna, y después alimentaremos a tu agotado ejército”».
16
Entonces Gedeón tomó a los ancianos de la ciudad y los castigó con espinas y zarzas del desierto para darles una lección.
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También derribó la torre de Peniel y mató a todos los hombres de la ciudad.
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Después les preguntó a Zeba y a Zalmuna:
—Los hombres que ustedes mataron en Tabor, ¿cómo eran?
—Se parecían a ti —le contestaron—, todos tenían el aspecto de un hijo de rey.