5
Así que los israelitas vivieron entre los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos,
6
y se unieron en matrimonio con ellos: los hijos de los israelitas se casaron con las hijas de esos pueblos, y las hijas de los israelitas fueron dadas en matrimonio a sus hijos. Y los israelitas sirvieron a los dioses de esas naciones.
7
Otoniel, juez de Israel
Los israelitas hicieron lo malo a los ojos del Señor
. Se olvidaron del Señor
su Dios y sirvieron a las imágenes de Baal y a los postes dedicados a la diosa Asera.
8
Entonces el Señor
ardió de enojo contra Israel y lo entregó en manos de Cusán-risataim, rey de Aram-naharaim.
Y los israelitas sirvieron a Cusán-risataim durante ocho años.
9
Pero cuando el pueblo de Israel clamó al Señor
por ayuda, el Señor
levantó a un libertador para salvarlos. Se llamaba Otoniel, hijo de Cenaz, un hermano menor de Caleb.
10
El Espíritu del Señor
vino sobre él, y comenzó a ser juez de Israel. Entró en guerra contra Cusán-risataim, rey de Aram, y el Señor
le dio la victoria sobre él.
11
Y hubo paz en la tierra durante cuarenta años. Luego murió Otoniel, hijo de Cenaz.
12
Aod, juez de Israel
De nuevo los israelitas hicieron lo malo a los ojos del Señor
y, por la maldad de ellos, el Señor
le dio dominio sobre Israel al rey Eglón, de Moab.
13
Eglón se alió con los amonitas y los amalecitas y salió a pelear, derrotó a Israel y tomó posesión de Jericó, la ciudad de las palmeras.
14
Entonces los israelitas sirvieron a Eglón, rey de Moab, durante dieciocho años.
15
Sin embargo, cuando el pueblo de Israel clamó al Señor
por ayuda, el Señor
nuevamente levantó a un libertador para salvarlos. Se llamaba Aod, hijo de Gera, quien era un hombre zurdo, de la tribu de Benjamín. Los israelitas enviaron a Aod a entregar el dinero del tributo al rey Eglón, de Moab.