12
Una vez que quedaron satisfechos, Jesús les dijo a sus discípulos:
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Entonces ellos juntaron las sobras y llenaron doce canastos con los restos que la multitud había dejado después de comer de los cinco panes de cebada.
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La gente, al ver la señal milagrosa que Jesús
había hecho, exclamó: «¡No hay duda de que es el Profeta que esperábamos!»
.
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Cuando Jesús vio que estaban dispuestos a hacerlo rey a la fuerza, se escabulló hacia las colinas él solo.
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Jesús camina sobre el agua
Al atardecer, los discípulos de Jesús bajaron a la orilla del lago para esperarlo;
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pero al ver que caía la noche y que Jesús aún no había vuelto, subieron a la barca y comenzaron a cruzar el lago rumbo a Capernaúm.
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Poco después, se levantó un viento fuerte sobre ellos y el mar se agitó mucho.
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Habían remado unos cinco o seis kilómetros
cuando de pronto vieron a Jesús caminando sobre el agua en dirección a la barca. Estaban aterrados,
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pero él exclamó:
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Entonces lo recibieron con entusiasmo en la barca, ¡y enseguida llegaron a su destino!
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Jesús, el pan de vida
Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla del lago se dio cuenta de que los discípulos habían tomado la única barca y que Jesús no había ido con ellos.