35
El era antorcha que ardía y alumbraba: y vosotros quisisteis recrearos por un poco á su luz.
36
Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan: porque las obras que el Padre me dió que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me haya enviado.
37
Y el que me envió, el Padre, él ha dado testimonio de mí. Ni nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su parecer.
38
Ni tenéis su palabra permanente en vosotros; porque al que él envió, á éste vosotros no creéis.
39
Escudriñad las Escrituras, porque á vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
40
Y no queréis venir á mí, para que tengáis vida.
41
Gloria de los hombres no recibo.
42
Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros.
43
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís: si otro viniere en su propio nombre, á aquél recibiréis.
44
¿Cómo podéis vosotros creer, pues tomáis la gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que de sólo Dios viene?
45
No penséis que yo os tengo de acusar delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros esperáis.
46
Porque si vosotros creyeseis á Moisés, creeríais á mí; porque de mí escribió él.
47
Y si á sus escritos no creéis, ¿cómo creeréis á mis palabras?