30
Así que la gente salió de la aldea para verlo.
31
Mientras tanto, los discípulos le insistían a Jesús:
—Rabí,
come algo.
32
Jesús les respondió:
33
«¿Le habrá traído alguien de comer mientras nosotros no estábamos?» —se preguntaban los discípulos unos a otros.
34
Entonces Jesús explicó:
35
Ustedes conocen el dicho: “Hay cuatro meses entre la siembra y la cosecha”, pero yo les digo: despierten y miren a su alrededor, los campos ya están listos
para la cosecha.
36
A los segadores se les paga un buen salario, y los frutos que cosechan son personas que pasan a tener la vida eterna. ¡Qué alegría le espera tanto al que siembra como al que cosecha!
37
Ya saben el dicho: “Uno siembra y otro cosecha”, y es cierto.
38
Yo los envié a ustedes a cosechar donde no sembraron; otros ya habían hecho el trabajo, y ahora a ustedes les toca levantar la cosecha.
39
Muchos samaritanos creen
Muchos samaritanos de esa aldea creyeron en Jesús, porque la mujer había dicho: «¡Él me dijo todo lo que hice en mi vida!».
40
Cuando salieron a verlo, le rogaron que se quedara en la aldea. Así que Jesús se quedó dos días,