4
Ambos iban corriendo, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero a la tumba.
5
Se agachó a mirar adentro y vio los lienzos de lino apoyados ahí, pero no entró.
6
Luego llegó Simón Pedro y entró en la tumba. Él también notó los lienzos de lino allí,
7
pero el lienzo que había cubierto la cabeza de Jesús estaba doblado y colocado aparte de las otras tiras.
8
Entonces el discípulo que había llegado primero a la tumba también entró y vio y creyó,
9
porque hasta ese momento aún no habían entendido las Escrituras que decían que Jesús tenía que resucitar de los muertos.
10
Después cada uno se fue a su casa.
11
Jesús se aparece a María Magdalena
María se encontraba llorando fuera de la tumba y, mientras lloraba, se agachó y miró adentro.
12
Vio a dos ángeles vestidos con vestiduras blancas, uno sentado a la cabecera y el otro a los pies, en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús.
13
—Apreciada mujer, ¿por qué lloras? —le preguntaron los ángeles.
—Porque se han llevado a mi Señor —contestó ella—, y no sé dónde lo han puesto.
14
Dio la vuelta para irse y vio a alguien que estaba de pie allí. Era Jesús, pero ella no lo reconoció.