26
Y como vio Jesús a la madre, y al discípulo que él amaba, que estaba presente, dice a su madre: Mujer, he ahí tu hijo
27
Después dice al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió consigo
28
Después de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas eran ya cumplidas, para que la Escritura se cumpliera, dijo: Sed tengo
29
Y estaba allí un vaso lleno de vinagre; entonces ellos mojaron una esponja de vinagre, y rodeada a un hisopo, se la llegaron a la boca
30
Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, dio el Espíritu
31
Entonces los Judíos, para que los cuerpos no quedaran en el madero en el sábado, porque era la víspera de la Pascua, pues era el gran día del sábado, rogaron a Pilato que se les quebraran las piernas, y fueran quitados
32
Y vinieron los soldados, y a la verdad quebraron las piernas al primero, y al otro que había sido colgado de un madero con él
33
Mas cuando vinieron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas
34
pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y luego salió sangre y agua
35
Y el que lo vio, da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis
36
Porque estas cosas fueron hechas para que se cumpliera la Escritura: Hueso no quebrantaréis de él