2
Los expulsarán de las sinagogas, y llegará el tiempo en que quienes los maten pensarán que están haciendo un servicio santo para Dios.
3
Eso se debe a que nunca han conocido ni al Padre ni a mí.
4
Les digo estas cosas ahora para que, cuando sucedan, recuerden mi advertencia. No las mencioné antes porque todavía iba a estar un tiempo más con ustedes.
5
La obra del Espíritu Santo
6
En cambio, se entristecen por lo que les he dicho.
7
En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor
no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes;
8
y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del juicio que viene.
9
El pecado del mundo consiste en que el mundo se niega a creer en mí.
10
La justicia está disponible, porque voy al Padre, y ustedes no me verán más.
11
El juicio vendrá, porque quien gobierna este mundo ya ha sido juzgado.
12
»Me queda aún mucho más que quisiera decirles, pero en este momento no pueden soportarlo.