7
Pasado ese tiempo, les dijo a sus discípulos:
8
Pero sus discípulos se opusieron diciendo:
—Rabí,
hace solo unos días, la gente
de Judea trató de apedrearte. ¿Irás allí de nuevo?
9
Jesús contestó:
10
pero de noche se corre el peligro de tropezar, porque no hay luz.
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—agregó después—,
12
—Señor —dijeron los discípulos—, si se ha dormido, ¡pronto se pondrá mejor!
13
Ellos pensaron que Jesús había querido decir que Lázaro solo estaba dormido, pero Jesús se refería a que Lázaro había muerto.
14
Por eso les dijo claramente:
15
Y, por el bien de ustedes, me alegro de no haber estado allí, porque ahora ustedes van a creer de verdad. Vamos a verlo.
16
Tomás, al que apodaban el Gemelo,
les dijo a los otros discípulos: «Vamos nosotros también y moriremos con Jesús».
17
Cuando Jesús llegó a Betania, le dijeron que Lázaro ya llevaba cuatro días en la tumba.
18
Betania quedaba solo a unos pocos kilómetros
de Jerusalén,
19
y muchos se habían acercado para consolar a Marta y a María por la pérdida de su hermano.
20
Cuando Marta se enteró de que Jesús estaba por llegar, salió a su encuentro, pero María se quedó en la casa.
21
Marta le dijo a Jesús:
—Señor, si tan solo hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto;
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pero aun ahora, yo sé que Dios te dará todo lo que pidas.
23
Jesús le dijo:
24
—Es cierto —respondió Marta—, resucitará cuando resuciten todos, en el día final.
25
Jesús le dijo:
26
Todo el que vive en mí y cree en mí jamás morirá. ¿Lo crees, Marta?
27
—Sí, Señor —le dijo ella—. Siempre he creído que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que ha venido de Dios al mundo.