13
Mas esto decía Jesús de la muerte de él: y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño.
14
Entonces, pues, Jesús les dijo claramente: Lázaro es muerto;
15
Y huélgome por vosotros, que yo no haya estado allí, para que creáis: mas vamos á él.
16
Dijo entonces Tomás, el que se dice el Dídimo, á sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él.
17
Vino pues Jesús, y halló que había ya cuatro días que estaba en el sepulcro.
18
Y Bethania estaba cerca de Jerusalem, como quince estadios;
19
Y muchos de los Judíos habían venido á Marta y á María, á consolarlas de su hermano.
20
Entonces Marta, como oyó que Jesús venía, salió á encontrarle; mas María se estuvo en casa.
21
Y Marta dijo á Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no fuera muerto;
22
Mas también sé ahora, que todo lo que pidieres de Dios, te dará Dios.
23
Dícele Jesús: Resucitará tu hermano.
24
Marta le dice: Yo sé que resucitará en la resurrección en el día postrero.
25
Dícele Jesús: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
26
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
27
Dícele: Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
28
Y esto dicho, fuése, y llamó en secreto á María su hermana, diciendo: El Maestro está aquí y te llama.
29
Ella, como lo oyó, levántase prestamente y viene á él.
30
(Que aun no había llegado Jesús á la aldea, mas estaba en aquel lugar donde Marta le había encontrado.)
31
Entonces los Judíos que estaban en casa con ella, y la consolaban, como vieron que María se había levantado prestamente, y había salido, siguiéronla, diciendo: Va al sepulcro á llorar allí.
32
Mas María, como vino donde estaba Jesús, viéndole, derribóse á sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, no fuera muerto mi hermano.
33
Jesús entonces, como la vió llorando, y á los Judíos que habían venido juntamente con ella llorando, se conmovió en espíritu, y turbóse,