4 Después de que la oruga devoró las cosechas,
¡el pulgón acabó con lo que quedaba!
Luego vino el saltamontes
y llegó también la langosta.
5 ¡Despiértense, borrachos, y lloren!
¡Giman, bebedores de vino!
Todas las uvas están arruinadas
y se acabó el vino dulce.
6 Un inmenso ejército
de langostas ha invadido mi tierra,
un ejército terrible, imposible de contar.
Sus dientes son como los del león
y sus colmillos se parecen a los de la leona.
7 Destruyó mis vides
y arruinó mis higueras;
les arrancó la corteza y la destruyó,
dejando sus ramas blancas y desnudas.
8 Lloren como una recién casada vestida de luto,
quien llora la muerte de su esposo.
9 Pues no hay grano ni vino
para ofrecer en el templo del Señor
.
Por eso los sacerdotes están de luto;
los ministros del Señor
están llorando.
10 Los campos están arruinados,
la tierra quedó desnuda.
El grano está destruido,
las uvas se secaron
y se acabó el aceite de oliva.
11 ¡Laméntense, ustedes, agricultores!
¡Giman, ustedes que cultivan vides!
Lloren porque el trigo y la cebada
—todos los cultivos del campo— están arruinados.
12 Se secaron las vides
y se marchitaron las higueras.
Los granados, las palmeras y los manzanos
—todos los árboles frutales— se secaron.
Y la alegría de la gente se marchitó con ellos.
13 Ustedes sacerdotes, ¡vístanse de tela áspera y lloren!
¡Giman, ustedes, los que sirven ante el altar!
Vengan, pasen la noche vestidos de tela áspera,
ustedes, ministros de mi Dios.
Pues no hay grano ni vino
para ofrecer en el templo de su Dios.
14 Proclamen un tiempo de ayuno;
convoquen al pueblo a una reunión solemne.
Reúnan a los líderes
y a toda la gente del país
en el templo del Señor
su Dios
y allí clamen a él.
15 El día del Señor
está cerca,
el día cuando la destrucción viene de parte del Todopoderoso.
¡Qué terrible será aquel día!
16 La comida desaparece delante de nuestros ojos.
Ya no hay celebraciones de júbilo en la casa de nuestro Dios.
17 Las semillas mueren en la tierra reseca
y las cosechas de grano se pierden.
Los establos están vacíos
y los graneros abandonados.
18 ¡Cómo braman de hambre los animales!
Las manadas de ganado vagan desorientadas
porque no encuentran pasto.
Los rebaños de ovejas y cabras gimen en su sufrimiento.
19 ¡S
, ayúdanos!
El fuego ha devorado los pastos del desierto
y las llamas han consumido todos los árboles.
20 Hasta los animales salvajes claman a ti
porque los arroyos se secaron
y el fuego ha devorado los pastos del desierto.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Joel 1:4 Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta; lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón; y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.

English Standard Version ESV

Joel 1:4 What the cutting locust left, the swarming locust has eaten. What the swarming locust left, the hopping locust has eaten, and what the hopping locust left, the destroying locust has eaten.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Joel 1:4 Lo que quedó de la oruga comió la langosta, y lo que quedó de la langosta comió el pulgón; y el revoltón comió lo que del pulgón había quedado

King James Version KJV

Joel 1:4 That which the palmerworm hath left hath the locust eaten; and that which the locust hath left hath the cankerworm eaten; and that which the cankerworm hath left hath the caterpiller eaten.

New King James Version NKJV

Joel 1:4 What the chewing locust a left, the swarming locust has eaten; What the swarming locust left, the crawling locust has eaten; And what the crawling locust left, the consuming locust has eaten.

Nueva Versión Internacional NVI

Joel 1:4 Lo que dejaron las langostas grandeslo devoraron las langostas pequeñas;lo que dejaron las langostas pequeñasse lo comieron las larvas;y lo que dejaron las larvasse lo comieron las orugas.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Joel 1:4 Lo que quedó de la oruga comió la langosta, y lo que quedó de la langosta comió el pulgón; y el revoltón comió lo que del pulgón había quedado.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Joel 1:4 Lo que quedó de la oruga comió la langosta, y lo que quedó de la langosta comió el pulgón; y el revoltón comió lo que del pulgón había quedado.

Herramientas de Estudio para Joel 1:4-20