23
¿Les he pedido que me rescaten de mis enemigos
o que me salven de personas despiadadas?
24
Enséñenme, y me quedaré callado;
muéstrenme en qué me equivoqué.
25
Las palabras sinceras pueden causar dolor,
pero ¿de qué sirven sus críticas?
26
¿Creen que sus palabras son convincentes
cuando ignoran mi grito de desesperación?
27
Ustedes hasta serían capaces de enviar a un huérfano a la esclavitud
o de vender a un amigo.
28
¡Mírenme!
¿Les mentiría en su propia cara?
29
Dejen de suponer que soy culpable,
porque no he hecho nada malo.
30
¿Piensan que estoy mintiendo?
¿Acaso no conozco la diferencia entre el bien y el mal?