19
Es un excelente ejemplo de la obra de Dios,
y solo su Creador puede amenazarlo.
20
Las montañas le ofrecen su mejor alimento,
donde juegan los animales salvajes.
21
Se tiende bajo los lotos
donde los juncos del pantano lo esconden.
22
Las plantas de loto le dan sombra
entre los sauces junto al arroyo.
23
El río tempestuoso no le molesta,
ni le preocupa cuando el creciente Jordán se arremolina a su alrededor.
24
Nadie puede sorprenderlo con la guardia baja
ni ponerle un aro en la nariz para llevárselo.