2
¿Sabes cuántos meses llevan a las crías en su vientre?
¿Eres consciente del momento de parto?
3
Se agachan para dar a luz
y tener sus crías.
4
Estas crecen en campo abierto
y luego se van del hogar para no regresar.
5
»¿Quién le da libertad al burro salvaje?
¿Quién desató sus cuerdas?
6
Yo lo puse en el desierto;
su hogar es la tierra baldía.
7
Detesta el ruido de la ciudad
y no tiene arriero que le grite.
8
Las montañas son su pastizal
donde busca cada brizna de hierba.
9
»¿Acaso aceptará el buey salvaje ser domado?
¿Pasará la noche en tu establo?
10
¿Puedes enganchar un buey salvaje a un arado?
¿Acaso arará un campo para ti?
11
Teniendo en cuenta su fuerza, ¿podrás confiar en él?
¿Puedes irte y confiar en que el buey haga tu trabajo?
12
¿Podrás contar con él para que traiga el grano a tu casa
y lo ponga en tu campo de trillar?
13
»El avestruz agita sus alas con ostentación
pero estas no pueden competir con el plumaje de la cigüeña.
14
El avestruz pone sus huevos en la tierra,
y deja que se calienten en el polvo.
15
No le preocupa que alguien los aplaste
o que un animal salvaje los destruya.
16
Trata con dureza a sus polluelos,
como si no fueran suyos.
No le importa si mueren,
17
porque Dios no le dio sabiduría
ni le dio entendimiento.
18
Pero siempre que se levanta para correr
le gana al jinete con el caballo más veloz.
19
»¿Diste la fuerza al caballo
o adornaste su cuello con largas crines?
20
¿Le diste la capacidad de saltar como una langosta?
¡Su majestuoso resoplido es aterrador!
21
Patea la tierra y se alegra de su fuerza
cuando se lanza a la batalla.
22
Se ríe del miedo y no tiene temor.
No huye de la espada.