6
Mira, tú y yo, ambos, pertenecemos a Dios;
yo también fui formado del barro.
7
Así que no tienes que tenerme miedo;
no seré duro contigo.
8
»Tú has hablado en mi presencia
y he escuchado tus palabras.
9
Dijiste: “Yo soy puro; no tengo pecado;
soy inocente; no tengo culpa.
10
Dios busca pleito conmigo
y me considera su enemigo.
11
Él puso mis pies en el cepo
y vigila todos mis movimientos”.
12
»Pero estás equivocado, y te mostraré el porqué,
pues Dios es más grande que todo ser humano.
13
Así que, ¿por qué presentas cargos contra él?
¿Por qué dices que no responde a las quejas de la gente?
14
Pues Dios habla una y otra vez,
aunque la gente no lo reconozca.
15
Habla en sueños, en visiones nocturnas,
cuando el sueño profundo cae sobre las personas
mientras están acostadas.
16
Susurra a sus oídos
y las aterroriza con advertencias.