4
»¿No te das cuenta que desde el principio del tiempo,
desde que el hombre fue puesto sobre la tierra por primera vez,
5
el triunfo de los malos ha durado poco
y la alegría de los que viven sin Dios ha sido pasajera?
6
Aunque el orgullo de los incrédulos llegue hasta los cielos
y toquen las nubes con la cabeza,
7
aun así, ellos desaparecerán para siempre
y serán desechados como su propio estiércol.
Sus conocidos preguntarán:
“¿Dónde están?”.
8
Se desvanecerán como un sueño y nadie los encontrará;
desaparecerán como una visión nocturna.
9
Quienes alguna vez los vieron, no los verán más;
sus familias nunca volverán a verlos.
10
Sus hijos mendigarán de los pobres
porque tendrán que devolver las riquezas que robaron.
11
A pesar de ser jóvenes
sus huesos yacerán en el polvo.
12
»Ellos disfrutaron del dulce sabor de la maldad,
dejando que se deshiciera bajo su lengua.
13
La saborearon,
dejándola mucho tiempo en la boca;
14
pero de repente, la comida en su estómago se vuelve ácida,
un veneno en su vientre.