3
»Debes defender mi inocencia, oh Dios,
ya que nadie más se levantará en mi favor.
4
Les cerraste la mente para que no comprendieran,
pero no permitas que triunfen.
5
Traicionan a sus amigos para su propio beneficio,
haz que sus hijos desfallezcan de hambre.
6
»Dios me ha puesto en ridículo ante la gente;
me escupen en la cara.
7
Mis ojos están hinchados de tanto llorar,
y soy solamente una sombra de lo que fui.
8
Los íntegros se horrorizan cuando me ven;
los inocentes se levantan contra los que no tienen a Dios.
9
Los justos siguen avanzando,
y los de manos limpias se vuelven cada vez más fuertes.
10
»En cuanto a todos ustedes, regresen con mejores argumentos,
aunque seguiré sin encontrar a un solo sabio entre ustedes.
11
Mis días se acaban.
Mis esperanzas han desaparecido;
los deseos de mi corazón están destruidos.
12
Estos hombres dicen que la noche es día;
afirman que la oscuridad es luz.
13
¿Qué pasará si voy a la tumba
y tiendo mi cama en las tinieblas?
14
¿Qué pasará si llamo padre a la tumba
y madre o hermana a los gusanos?
15
¿Dónde está entonces mi esperanza?
¿Podrá alguien encontrarla?
16
No, mi esperanza descenderá conmigo a la tumba.
¡Descansaremos juntos en el polvo!».