3
En cuanto a mí, hablaría directamente con el Todopoderoso;
quiero defender mi caso ante Dios mismo.
4
En cuanto a ustedes, me calumnian con mentiras.
Como médicos, son unos matasanos inútiles.
5
¡Si tan solo se quedaran callados!
Es lo más sabio que podrían hacer.
6
Escuchen los cargos que presento;
presten atención a mis argumentos.
7
»¿Acaso defienden a Dios con mentiras?
¿Presentan argumentos engañosos en su nombre?
8
¿Mostrarán parcialidad en su testimonio a favor de él?
¿Serán los abogados defensores de Dios?
9
¿Qué ocurrirá cuando descubra lo que hacen?
¿Creen que pueden engañarlo tan fácilmente como lo hacen con la gente?
10
Si en secreto hacen inclinar los testimonios a su favor,
ciertamente se meterán en problemas con él.
11
¿No les da terror su majestad?
¿No los deja abrumados el temor que sienten por él?
12
Sus frases vacías valen tanto como las cenizas;
su defensa es tan frágil como una vasija de barro.
13
»Ahora quédense en silencio y déjenme en paz.
Permítanme hablar y afrontaré las consecuencias.
14
Así es, me jugaré la vida
y diré lo que realmente pienso.
15
Dios podría matarme, pero es mi única esperanza;
voy a presentar mi caso ante él.
16
Esto es lo que me salvará: no soy ningún impío.
Si lo fuera, no podría estar delante de él.
17
»Presten mucha atención a lo que voy a decir;
escúchenme hasta el final.
18
He preparado mi defensa;
seré declarado inocente.
19
¿Quién puede discutir conmigo sobre esto?
Y si demuestran que estoy equivocado, me quedaré callado y moriré.
20
Job pregunta cómo pecó
»Oh, Dios, concédeme estas dos cosas
y entonces podré enfrentarme contigo:
21
quítame de encima tu mano dura
y no me atemorices con tu temible presencia.
22
Ahora llámame, ¡y te responderé!
O deja que te hable y contéstame tú.
23
Dime, ¿qué he hecho mal?
Muéstrame mi rebelión y mi pecado.