22
Ahora llámame, ¡y te responderé!
O deja que te hable y contéstame tú.
23
Dime, ¿qué he hecho mal?
Muéstrame mi rebelión y mi pecado.
24
¿Por qué te alejas de mí?
¿Por qué me tratas como a tu enemigo?
25
¿Atemorizarías a una hoja llevada por el viento?
¿Perseguirías a la paja seca?
26
»Escribes amargas acusaciones en mi contra
y sacas a relucir todos los pecados de mi juventud.
27
Pones mis pies en el cepo,
examinas todos mis caminos
y rastreas todas mis pisadas.
28
Me consumo como madera que se pudre,
como un abrigo carcomido por la polilla.