8
Hablen a la tierra, y ella los instruirá;
dejen que los peces del mar les hablen.
9
Pues todos ellos saben
que mi desgracia
ha venido de la mano del Señor
,
10
ya que la vida de todo ser viviente está en sus manos,
así como el aliento de todo ser humano.
11
El oído pone a prueba las palabras que oye
igual que la boca distingue los sabores.
12
La sabiduría pertenece a los ancianos,
y el entendimiento a los mayores.
13
»Pero la verdadera sabiduría y el poder se encuentran en Dios;
el consejo y el entendimiento le pertenecen.
14
Lo que él destruye no se puede volver a construir.
Cuando él mete a alguien en la cárcel, no hay escapatoria.
15
Si él detiene la lluvia, la tierra se convierte en un desierto;
si libera las aguas, se inunda la tierra.
16
Así es, la fuerza y la sabiduría le pertenecen a él;
los que engañan y los engañados, los dos están bajo su poder.
17
Él se lleva a los consejeros y les quita el buen juicio;
los jueces sabios se vuelven necios.
18
Él despoja a los reyes del manto real
y son llevados lejos con cuerdas alrededor de la cintura.