4
Esperanza para Israel y Judá
»En los días venideros
—dice el Señor
—,
el pueblo de Israel volverá a su hogar
junto con el pueblo de Judá.
Llegarán llorando
en busca del Señor
su Dios.
5
Preguntarán por el camino a Jerusalén
y emprenderán el regreso a su hogar.
Se aferrarán al Señor
con un pacto eterno que nunca se olvidará.
6
»Mi pueblo ha sido como ovejas perdidas.
Sus pastores los llevaron por mal camino
y los dejaron sueltos en las montañas.
Perdieron su rumbo
y no recuerdan cómo regresar al redil.
7
Todos los que los encontraban los devoraban.
Sus enemigos decían:
“No hicimos nada malo al atacarlos
porque ellos pecaron contra el Señor
,
quien es su verdadero lugar de descanso
y la esperanza de sus antepasados”.
8
»Pero ahora, ¡huyan de Babilonia!
Abandonen la tierra de los babilonios.
Guíen a mi pueblo de regreso al hogar
como hace el macho cabrío que va a la cabeza de la manada.
9
Pues estoy levantando un ejército
de grandes naciones del norte.
Unirán fuerzas para atacar a Babilonia
y esta será conquistada.
Las flechas de los enemigos irán directamente al blanco,
¡no errarán!
10
Babilonia
será saqueada
hasta que los agresores se sacien con el botín.
¡Yo, el Señor
, he hablado!
11
Inevitable caída de Babilonia
»Se alegran y regocijan,
ustedes que despojaron a mi pueblo elegido.
Retozan como becerros en el prado
y relinchan como sementales.
12
Pero su tierra natal
será llena
de vergüenza y deshonra.
Ustedes serán la última de las naciones,
un desierto, tierra seca y desolada.
13
A causa del enojo del Señor
,
Babilonia se convertirá en una tierra baldía y desierta.
Todo el que pase por ese lugar quedará horrorizado
y dará un grito por la destrucción que verá allí.
14
»Sí, prepárense para atacar Babilonia,
todas ustedes, naciones vecinas.
Que sus arqueros disparen contra ella, que no escatimen flechas;
pues pecó contra el Señor
.
15
Lancen gritos de guerra contra Babilonia desde todas partes.
¡Miren! ¡Se rinde!
Sus murallas han caído.
Es la venganza del Señor
,
así que vénguense también ustedes.
¡Háganle lo mismo que ella les hizo a otros!
16
Saquen de Babilonia a todos los sembradores;
despidan a todos los segadores.
Debido a la espada del enemigo
todos huirán a sus propias tierras.
17
Esperanza para el pueblo de Dios
»Los israelitas son como ovejas
que han sido esparcidas por los leones.
Primero los devoró el rey de Asiria.
Después Nabucodonosor,
rey de Babilonia, les quebró los huesos».
18
Por lo tanto, esto dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales,
Dios de Israel:
«Ahora, castigaré al rey de Babilonia y a su tierra
de la misma manera que castigué al rey de Asiria.
19
Traeré a Israel de regreso a su hogar, a su propia tierra,
para comer en los campos de Carmelo y Basán,
y para quedar saciado una vez más
en la zona montañosa de Efraín y Galaad.
20
En esos días —dice el Señor
—,
no se encontrará pecado en Israel ni en Judá,
porque perdonaré al remanente que yo guarde.
21
Juicio de Dios sobre Babilonia
»Mis guerreros, suban contra la tierra de Merataim
y contra la gente de Pecod.
Persíganlos, mátenlos y destrúyanlos por completo
como les he ordenado —dice el Señor
—.
22
Que en la tierra se escuche el grito de guerra,
un clamor de gran destrucción.
23
Babilonia, el martillo más poderoso de toda la tierra
queda roto y hecho pedazos.
¡Babilonia queda desolada entre las naciones!
24
Escucha, Babilonia, porque te tendí una trampa.
Estás atrapada porque luchaste contra el Señor
.