21
Se derramó el juicio sobre las ciudades de la meseta,
sobre Holón, Jaza
y Mefaat,
22
sobre Dibón, Nebo y Bet-deblataim,
23
sobre Quiriataim, Bet-gamul y Bet-meón,
24
sobre Queriot y Bosra,
todas las ciudades de Moab, lejanas y cercanas.
25
»El poder de Moab ha llegado a su fin.
Su brazo ha sido quebrado —dice el Señor
—.
26
Dejen que se tambalee y caiga como un borracho,
porque se ha rebelado contra el Señor
.
Moab se revolcará en su propio vómito
y será ridiculizada por todos.
27
¿No ridiculizaste tú a los israelitas?
¿Fueron ellos acaso sorprendidos en compañía de ladrones
para que tú los desprecies como lo haces?
28
»Ustedes, habitantes de Moab,
huyan de sus ciudades y vivan en cuevas.
Escóndanse como palomas que anidan
en las hendiduras de las rocas.
29
Todos hemos oído de la soberbia de Moab,
porque su orgullo es muy grande.
Sabemos de su orgullo altanero,
de su arrogancia y de su corazón altivo.
30
Yo conozco su insolencia
—dice el Señor
—,
pero sus alardes están vacíos,
tan vacíos como sus hechos.
31
Así que ahora gimo por Moab,
de veras, me lamentaré por Moab.
Mi corazón está quebrantado por los hombres de Kir-hareset.
32
»Pueblo de Sibma, rico en viñedos,
lloraré por ti aún más de lo que lloré por Jazer.
Tus extensas vides en otro tiempo llegaban hasta el mar Muerto,
¡pero el destructor te ha dejado desnudo
y cosechó tus uvas y frutos de verano!
33
El gozo y la alegría desaparecieron de la fructífera Moab;
los lagares no producen vino.
Nadie pisa las uvas dando gritos de alegría.
Hay gritos, sí, pero no de alegría.
34
»En cambio, se pueden oír terribles gritos de terror desde Hesbón hasta Eleale y Jahaza; desde Zoar hasta Horonaim y Eglat-selisiya. Incluso las aguas de Nimrim ya están secas.
35
»Acabaré con Moab —dice el Señor
—, porque la gente ofrece sacrificios en los altares paganos y quema incienso a sus dioses falsos.
36
Mi corazón gime como una flauta por Moab y Kir-hareset porque ha desaparecido toda su riqueza.
37
La gente se rapa la cabeza y se afeita la barba en señal de luto. Se hacen cortaduras en las manos y se ponen ropa de tela áspera.
38
Hay llanto y dolor en cada hogar moabita y en cada calle. Pues hice pedazos a Moab como a una vasija vieja y despreciada.
39
¡Cómo quedó hecha añicos! ¡Escuchen los lamentos! ¡Miren la vergüenza de Moab! Se ha vuelto objeto de burla, ejemplo de ruina para todos sus vecinos».
40
Esto dice el Señor
:
«¡Miren! El enemigo cae en picada como un águila,
desplegando sus alas sobre Moab.
41
Sus ciudades caerán
y sus fortalezas serán tomadas.
Aun los guerreros más poderosos
estarán en agonía como mujeres en trabajo de parto.