17
¡Amigos de Moab,
lloren y lamenten por esta nación!
¡Miren cómo se ha quebrado el cetro fuerte,
y se ha hecho pedazos el hermoso bastón!
18
»Bájense de su gloria
y siéntense en el polvo, gente de Dibón,
porque los que destruyan a Moab también harán pedazos a Dibón.
Ellos derribarán todas sus torres.
19
Habitantes de Aroer,
párense junto al camino y observen.
Griten a los que huyen de Moab:
“¿Qué sucedió allí?”.
20
»Y la contestación que reciben es:
“¡Moab queda en ruinas, deshonrada;
lloren y giman!
Anúncienlo en las orillas del río Arnón:
¡Moab ha sido destruida!”.
21
Se derramó el juicio sobre las ciudades de la meseta,
sobre Holón, Jaza
y Mefaat,
22
sobre Dibón, Nebo y Bet-deblataim,
23
sobre Quiriataim, Bet-gamul y Bet-meón,
24
sobre Queriot y Bosra,
todas las ciudades de Moab, lejanas y cercanas.
25
»El poder de Moab ha llegado a su fin.
Su brazo ha sido quebrado —dice el Señor
—.
26
Dejen que se tambalee y caiga como un borracho,
porque se ha rebelado contra el Señor
.
Moab se revolcará en su propio vómito
y será ridiculizada por todos.
27
¿No ridiculizaste tú a los israelitas?
¿Fueron ellos acaso sorprendidos en compañía de ladrones
para que tú los desprecies como lo haces?
28
»Ustedes, habitantes de Moab,
huyan de sus ciudades y vivan en cuevas.
Escóndanse como palomas que anidan
en las hendiduras de las rocas.
29
Todos hemos oído de la soberbia de Moab,
porque su orgullo es muy grande.
Sabemos de su orgullo altanero,
de su arrogancia y de su corazón altivo.
30
Yo conozco su insolencia
—dice el Señor
—,
pero sus alardes están vacíos,
tan vacíos como sus hechos.
31
Así que ahora gimo por Moab,
de veras, me lamentaré por Moab.
Mi corazón está quebrantado por los hombres de Kir-hareset.
32
»Pueblo de Sibma, rico en viñedos,
lloraré por ti aún más de lo que lloré por Jazer.
Tus extensas vides en otro tiempo llegaban hasta el mar Muerto,
¡pero el destructor te ha dejado desnudo
y cosechó tus uvas y frutos de verano!
33
El gozo y la alegría desaparecieron de la fructífera Moab;
los lagares no producen vino.
Nadie pisa las uvas dando gritos de alegría.
Hay gritos, sí, pero no de alegría.
34
»En cambio, se pueden oír terribles gritos de terror desde Hesbón hasta Eleale y Jahaza; desde Zoar hasta Horonaim y Eglat-selisiya. Incluso las aguas de Nimrim ya están secas.
35
»Acabaré con Moab —dice el Señor
—, porque la gente ofrece sacrificios en los altares paganos y quema incienso a sus dioses falsos.
36
Mi corazón gime como una flauta por Moab y Kir-hareset porque ha desaparecido toda su riqueza.
37
La gente se rapa la cabeza y se afeita la barba en señal de luto. Se hacen cortaduras en las manos y se ponen ropa de tela áspera.
38
Hay llanto y dolor en cada hogar moabita y en cada calle. Pues hice pedazos a Moab como a una vasija vieja y despreciada.
39
¡Cómo quedó hecha añicos! ¡Escuchen los lamentos! ¡Miren la vergüenza de Moab! Se ha vuelto objeto de burla, ejemplo de ruina para todos sus vecinos».
40
Esto dice el Señor
:
«¡Miren! El enemigo cae en picada como un águila,
desplegando sus alas sobre Moab.
41
Sus ciudades caerán
y sus fortalezas serán tomadas.
Aun los guerreros más poderosos
estarán en agonía como mujeres en trabajo de parto.
42
Moab ya no será más una nación
porque se jactó ante el Señor
.
43
»Terror, trampas y redes serán tu suerte,
oh Moab —dice el Señor
—.
44
Los que huyan en terror caerán en una trampa,
y los que escapen de la trampa serán apresados por una red.
Me aseguraré de que no escapes
porque ha llegado el tiempo de tu juicio
—dice el Señor
—.
45
Los habitantes huyen hasta Hesbón
pero no pueden continuar
porque sale fuego de Hesbón,
la antigua casa de Sehón,
fuego que devora toda la tierra
junto con toda su gente rebelde.
46
»¡Oh Moab, ellos lloran por ti!
¡El pueblo del dios Quemos queda destruido!
Tus hijos y tus hijas fueron llevados cautivos.
47
Pero en los días venideros
restableceré el bienestar de Moab.
¡Yo, el Señor
, he hablado!».
Aquí termina la profecía de Jeremías acerca de Moab.