2
Jeremías el profeta y le dijeron:
—Por favor, ora al Señor
tu Dios por nosotros. Como puedes ver, somos un pequeño remanente comparado con lo que éramos antes.
3
Ora que el Señor
tu Dios nos muestre qué hacer y adónde ir.
4
—Está bien —contestó Jeremías—, oraré al Señor
su Dios, como me lo han pedido, y les diré todo lo que él diga. No les ocultaré nada.
5
Ellos dijeron a Jeremías:
—¡Que el Señor
tu Dios sea fiel testigo contra nosotros si rehusamos obedecer todo lo que él nos diga que hagamos!
6
Nos guste o no, obedeceremos al Señor
nuestro Dios a quien te enviamos con nuestro ruego. Pues si le obedecemos, todo nos irá bien.
7
Diez días más tarde, el Señor
le dio a Jeremías la respuesta.
8
Así que él mandó a buscar a Johanán, hijo de Carea, a los demás líderes guerrilleros y a todo el pueblo, desde el menos importante hasta el más importante.
9
Les dijo: «Ustedes me enviaron al Señor
, Dios de Israel, con su petición y esta es la respuesta:
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“Permanezcan aquí en esta tierra. Si lo hacen, los edificaré y no los derribaré; los plantaré y no los desarraigaré. Pues lamento todo el castigo que tuve que traer sobre ustedes.
11
No teman más al rey de Babilonia —dice el Señor
—. Pues yo estoy con ustedes, los salvaré y los libraré de su poder.
12
Seré misericordioso con ustedes al hacer que él sea amable para que les permita quedarse en su propia tierra”.
13
»Sin embargo, si se niegan a obedecer al Señor
su Dios, y dicen: “No nos quedaremos aquí;
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sino que iremos a Egipto donde estaremos libres de guerra, de llamados a las armas y de hambre”,
15
entonces escuchen el mensaje del Señor
al remanente de Judá. Esto dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Si están decididos a irse a Egipto y vivir allí,
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la misma guerra y el mismo hambre que temen los alcanzarán, y allí morirán.
17
Este es el destino que le espera a quien insista en irse a vivir a Egipto. Efectivamente, morirán por guerra, enfermedad y hambre. Ninguno escapará del desastre que traeré sobre ustedes allí”.
18
»Esto dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Así como se derramó mi enojo y mi furia sobre la gente de Jerusalén, así se derramará sobre ustedes cuando entren a Egipto. Serán objeto de condenación, de horror, de maldición y de burla; y nunca más volverán a ver su tierra natal”.
19
»Escuchen, ustedes que forman el remanente de Judá. El Señor
les ha dicho: “¡No se vayan a Egipto!”. No olviden la advertencia que hoy les di.
20
Pues no fueron sinceros cuando me enviaron a orar al Señor
su Dios por ustedes. Dijeron: “Solo dinos lo que el Señor
nuestro Dios dice ¡y lo haremos!”.
21
Hoy les he transmitido exactamente lo que él dijo, pero ahora ustedes no obedecerán al Señor
su Dios más que en el pasado.
22
Así que tengan por seguro que morirán por guerra, enfermedad y hambre en Egipto, donde ustedes insisten en ir».