12
y di la escritura de compra a Baruc, hijo de Nerías, hijo de Maasías, en presencia de Hanameel, hijo de mi tío, en presencia de los testigos que firmaron la escritura de compra y en presencia de todos los judíos que se encontraban en el patio de la guardia.
13
Y di orden a Baruc en presencia de ellos, diciendo:
14
"Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: 'Toma estas escrituras, esta escritura de compra sellada y esta escritura abierta, y ponlas en una vasija de barro para que duren mucho tiempo.'
15
"Porque así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: 'De nuevo se comprarán casas, campos y viñas en esta tierra.'"
16
Entonces oré al SEÑOR, después de haber dado la escritura de compra a Baruc, hijo de Nerías, diciendo:
17
"¡Ah, Señor DIOS! He aquí, tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido; nada es imposible para ti,
18
que muestras misericordia a millares, pero que castigas la iniquidad de los padres en sus hijos después de ellos, oh grande y poderoso Dios, el SEÑOR de los ejércitos es su nombre;
19
grande en consejo y poderoso en obras, cuyos ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno conforme a sus caminos y conforme al fruto de sus obras.
20
Tú realizaste señales y portentos en la tierra de Egipto hasta este día, y en Israel y entre los hombres, y te has hecho un nombre, como se ve hoy.
21
"Y sacaste a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto con señales y portentos, con mano fuerte y con brazo extendido y con gran terror,
22
y les diste esta tierra, que habías jurado dar a sus padres, tierra que mana leche y miel.
23
"Y ellos entraron y tomaron posesión de ella, pero no obedecieron tu voz ni anduvieron en tu ley; no hicieron nada de todo lo que les mandaste hacer; por tanto tú has hecho venir sobre ellos toda esta calamidad.
24
"He aquí, los terraplenes de asalto han llegado a la ciudad para tomarla, y la ciudad va a ser entregada en manos de los caldeos que pelean contra ella, por causa de la espada, el hambre y la pestilencia; lo que habías hablado ha venido a ser, y he aquí, tú lo estás viendo.
25
"Y tú me has dicho, oh Señor DIOS: 'Cómprate el campo con dinero, y llama testigos'; aunque la ciudad sea entregada en manos de los caldeos."
26
Entonces vino palabra del SEÑOR a Jeremías, diciendo:
27
He aquí, yo soy el SEÑOR, el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para mí?
28
Por tanto, así dice el SEÑOR: He aquí, entregaré esta ciudad en mano de los caldeos y en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él la tomará.
29
Y entrarán los caldeos que atacan esta ciudad, prenderán fuego a la ciudad y la quemarán, junto con las casas en las que han ofrecido incienso a Baal sobre sus terrazas y han derramado libaciones a otros dioses para provocarme a ira.
30
Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá sólo han hecho lo malo ante mis ojos desde su juventud; ciertamente los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manosdeclara el SEÑOR.
31
Porque motivo de mi ira y de mi furor ha sido esta ciudad para mí, desde el día en que la edificaron hasta hoy, de modo que será quitada de mi presencia
32
por todo el mal que los hijos de Israel y los hijos de Judá hicieron para provocarme a ira, ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes, sus profetas, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén.