4
Aun así me dices:
“Padre, tú has sido mi guía desde mi juventud.
5
¡Seguro que no estarás enojado para siempre!
¡Sin duda puedes olvidar lo que he hecho!”.
Hablas de esta manera,
pero sigues haciendo todo el mal posible».
6
Judá sigue el ejemplo de Israel
Durante el reinado de Josías, el Señor
me dijo: «¿Te has dado cuenta de lo que ha hecho la caprichosa Israel? Como una esposa que comete adulterio, Israel ha rendido culto a otros dioses en cada colina y debajo de todo árbol frondoso.
7
Yo pensaba: “Después de haber hecho todo esto regresará a mí”; pero no lo hizo, y su desleal hermana Judá lo observó.
8
Vio que me divorcié de la infiel Israel debido a su adulterio; pero Judá, esa hermana traicionera, no tuvo temor, y ahora ella también me ha dejado y se ha entregado a la prostitución.
9
Israel no lo tomó en serio y no le parece nada fuera de lo común cometer adulterio al rendir culto a ídolos hechos de madera y de piedra. Así que ahora la tierra se ha corrompido.
10
Sin embargo, a pesar de esto, su infiel hermana Judá nunca ha vuelto a mí de corazón, solo fingió estar apenada. ¡Yo, el Señor
, he hablado!».
11
Esperanza para la rebelde Israel
Luego el Señor
me dijo: «¡Hasta la infiel Israel es menos culpable que la traidora Judá!
12
Por lo tanto, ve y dale este mensaje a Israel.
Esto dice el Señor
:
»“Oh Israel, mi pueblo infiel,
regresa otra vez a mí,
porque yo soy misericordioso.
No estaré enojado contigo para siempre.
13
Solo reconoce tu culpa;
admite que te has rebelado contra el Señor
tu Dios
y que cometiste adulterio contra él
al rendir culto a ídolos debajo de todo árbol frondoso.
Confiesa que rehusaste oír mi voz.
¡Yo, el Señor
, he hablado!
14
»”Regresen a casa, ustedes, hijos descarriados
—dice el Señor
—,
porque yo soy su amo.
Los traeré de regreso a la tierra de Israel,
uno de esta ciudad y dos de aquella familia,
de todo lugar donde estén esparcidos.