16
Y beberán y se tambalearán y enloquecerán a causa de la espada que enviaré entre ellas.
17
Entonces tomé la copa de la mano del SEÑOR, e hice beber de ella a todas las naciones a las cuales me envió el SEÑOR:
18
a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus príncipes, para ponerlos por desolación, horror, burla y maldición, como hasta hoy;
19
a Faraón, rey de Egipto, a sus siervos, a sus príncipes y a todo su pueblo;
20
a todos los extranjeros, a todos los reyes de la tierra de Uz, a todos los reyes de la tierra de los filisteos (es decir, Ascalón, Gaza, Ecrón y al remanente de Asdod);
21
a Edom, a Moab y a los hijos de Amón;
22
a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón y a los reyes de las costas que están más allá del mar;
23
a Dedán, a Tema, a Buz y a todos los que se rapan las sienes;
24
a todos los reyes de Arabia y a todos los reyes de los extranjeros que habitan en el desierto;
25
a todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media;
26
a todos los reyes del norte, los de cerca y los de lejos, los unos con los otros, y a todos los reinos del mundo que están sobre la faz de la tierra. El rey de Sesac beberá después de ellos.
27
Y les dirás: "Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: 'Bebed, embriagaos, vomitad, caed y no os levantéis a causa de la espada que yo enviaré entre vosotros.'"
28
Y sucederá que si rehúsan tomar la copa de tu mano para beber, les dirás: "Así dice el SEÑOR de los ejércitos: 'Ciertamente vais a beber.
29
'Porque he aquí que comienzo a causar mal en esta ciudad que se llama por mi nombre, ¿y quedaréis vosotros sin castigo alguno? No quedaréis sin castigo, porque llamo a la espada contra todos los habitantes de la tierra'declara el SEÑOR de los ejércitos."
30
Tú, pues, profetizarás contra ellos todas estas palabras, y les dirás: "El SEÑOR rugirá desde lo alto, y dará su voz desde su santa morada; rugirá fuertemente contra su rebaño. Dará gritos como los que pisan las uvas contra todos los habitantes de la tierra.
31
"Ha llegado el estruendo hasta el fin de la tierra, porque el SEÑOR tiene un pleito contra las naciones; entra en juicio contra toda carne; a los impíos, los entrega a la espada"declara el SEÑOR.
32
Así dice el SEÑOR de los ejércitos: He aquí, el mal va de nación en nación, y una gran tempestad se levanta de los confines de la tierra.
33
Y los muertos por el SEÑOR en aquel día estarán desde un extremo de la tierra hasta el otro. No los llorarán, ni los recogerán, ni los sepultarán; serán como estiércol sobre la faz de la tierra.
34
Gemid, pastores, y clamad; revolcaos en ceniza, mayorales del rebaño; porque se han cumplido los días de vuestra matanza y de vuestra dispersión, y caeréis como vaso precioso.
35
No habrá huida para los pastores, ni escape para los mayorales del rebaño.
36
Se oye el sonido del clamor de los pastores, y el gemido de los mayorales del rebaño, porque el SEÑOR está destruyendo sus pastos,