14
Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y airosas salas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón.
15
¿Por ventura reinarás porque te cercas de cedro? ¿Por ventura no comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y entonces le fue bien?
16
El juzgó la causa del pobre y del menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí? Dijo el SEÑOR.
17
Mas tus ojos y tu corazón no son sino a tu avaricia, y a derramar la sangre inocente, y a opresión, y a hacer agravio.
18
Por tanto, así dijo el SEÑOR, de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo : ¡Ay, hermano mío! Y ¡ay, hermana! Ni lo lamentarán, diciendo: ¡Ay, señor! ¡Ay, su grandeza!
19
En sepultura de asno será enterrado, arrastrándole y echándole fuera de las puertas de Jerusalén.
20
Sube al Líbano, y clama, y en Basán da tu voz, y grita hacia todas partes; porque todos tus enamorados son quebrantados.
21
Hablé a ti en tus prosperidades; mas dijiste: No oiré. Este fue tu camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz.
22
A todos tus pastores pacerá el viento, y tus enamorados irán en cautiverio; entonces te avergonzarás y te confundirás a causa de toda tu malicia.
23
Habitaste en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros, ¡cómo gemirás cuando te vinieren dolores, dolor como de mujer que está de parto!
24
Vivo yo, dice el SEÑOR, que si Conías hijo de Joacim rey de Judá fuera anillo en mi mano diestra, aun de allí te arrancaré;