8
Son como árboles plantados junto a la ribera de un río
con raíces que se hunden en las aguas.
A esos árboles no les afecta el calor
ni temen los largos meses de sequía.
Sus hojas están siempre verdes
y nunca dejan de producir fruto.
9
»El corazón humano es lo más engañoso que hay,
y extremadamente perverso.
¿Quién realmente sabe qué tan malo es?
10
Pero yo, el Señor
, investigo todos los corazones
y examino las intenciones secretas.
A todos les doy la debida recompensa,
según lo merecen sus acciones».
11
Jeremías confía en el Señor
Los que acaparan riquezas en forma injusta
son como las perdices que empollan los huevos que no han puesto.
En la mitad de la vida perderán sus riquezas;
al final, se volverán unos pobres viejos tontos.
12
Pero nosotros adoramos frente a tu trono:
¡eterno, puesto en alto y glorioso!
13
Oh Señor
, esperanza de Israel,
serán avergonzados todos los que se alejan de ti.
Serán enterrados en el polvo de la tierra,
porque han abandonado al Señor
, la fuente de agua viva.
14
Oh Señor
, si me sanas, seré verdaderamente sano;
si me salvas, seré verdaderamente salvo.
¡Mis alabanzas son solo para ti!
15
La gente se burla de mí y dice:
«¿Cuál es este “mensaje del Señor
” del que hablas?
¿Por qué no se cumplen tus predicciones?».
16
Señor
, no he abandonado mi labor
como pastor de tu pueblo
ni he insistido que mandes desastres.
Tú has oído todo lo que dije.
17
Señor
, ¡no me aterrorices!
Solo tú eres mi esperanza en el día de la calamidad.
18
Haz que se avergüencen y se desalienten todos los que me persiguen,
pero no dejes que sea yo el avergonzado y el desalentado.
Haz que caiga sobre ellos un día de terror.
¡Sí, haz que caiga sobre ellos doble destrucción!