1
El calzoncillo de Jeremías
Esto me dijo el Señor
: «Ve y cómprate un calzoncillo de lino y póntelo, pero no lo laves».
2
Así que compré el calzoncillo como me indicó el Señor
y me lo puse.
3
Luego el Señor
me dio otro mensaje:
4
«Toma el calzoncillo que tienes puesto y vete al río Éufrates.
Allí escóndelo en un agujero entre las rocas».
5
Así que fui y lo escondí junto al Éufrates como el Señor
me había indicado.
6
Mucho tiempo después, el Señor
me dijo: «Regresa al Éufrates y toma el calzoncillo que te dije que escondieras».
7
Así que fui al Éufrates y lo saqué del agujero donde lo había escondido, pero ahora estaba podrido y deshecho. El calzoncillo ya no servía para nada.
8
Entonces recibí este mensaje del Señor
:
9
«Así dice el Señor
: esto muestra cómo pudriré el orgullo de Judá y Jerusalén.
10
Esta gente malvada se niega a escucharme. Tercamente siguen sus propios deseos y rinden culto a otros dioses. Por lo tanto, se volverán como este calzoncillo, ¡no servirán para nada!
11
Tal como el calzoncillo se adhiere a la cintura del hombre, así he creado a Judá y a Israel para que se aferren a mí, dice el Señor
. Iban a ser mi pueblo, mi orgullo, mi gloria: un honor para mi nombre, pero no quisieron escucharme.