71There is no one who calls upon your name, who rouses himself to take hold of you; for you have hidden your face from us, and have made us melt ina the hand of our iniquities.
82But now, O LORD, you are our Father; 3we are the clay, and you are our potter; 4we are all the work of your hand.
95Be not so terribly angry, O LORD, 6and remember not iniquity forever. Behold, please look, we are all your people.
107Your holy cities have become a wilderness; Zion has become a wilderness, Jerusalem a desolation.
118Our holy and beautifulb house, where our fathers praised you, has been burned by fire, and all our pleasant places have become ruins.
129Will you restrain yourself at these things, O LORD? Will you keep silent, and afflict us so terribly?
La Biblia de las Américas (Español) BLA
Isaías 64:7
Y no hay quien invoque tu nombre, quien se despierte para asirse de ti; porque has escondido tu rostro de nosotros y nos has entregado al poder de nuestras iniquidades.
La Biblia del Jubileo 2000 JBS
Isaías 64:7
Y nadie hay que invoque tu nombre, ni que se despierte para tenerte, por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras iniquidades
Isaiah 64:7
And there is no one who calls on Your name, Who stirs himself up to take hold of You; For You have hidden Your face from us, And have consumed us because of our iniquities.
Nueva Traducción Viviente NTV
Isaías 64:7
Sin embargo, nadie invoca tu nombre ni te ruega misericordia. Por eso tú te apartaste de nosotros y nos entregaste a nuestros pecados.
Nueva Versión Internacional NVI
Isaías 64:7
Nadie invoca tu nombre,ni se esfuerza por aferrarse a ti.Pues nos has dado la espalday nos has entregado en poder de nuestras iniquidades.
La Biblia Reina-Valera (Español) RVR
Isaías 64:7
Y nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para tenerte; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.
Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV
Isaías 64:7
Y nadie hay que invoque tu nombre, ni que se despierte para tenerte, por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.